Monday, October 01, 2007

Poema sobre La Princesa del Palacio de Hierro de Alfredo Veiravé



























La princesa del Palacio de Hierro tiene sus estrategias principales en su
más cándida inocencia como diría un poeta del siglo XIX se orienta
en lo real de lo que ocurre y cultiva sin esmero
pero con la mayor simpatía: los amigos
las trampas que a diario salta en las calles de la ciudad o en Acapulco
y una chistosísima manera de ver el mundo
esto la define para nosotros, digo, para Gustavo, para mí y para el
Monje pero ella es distinta a nosotros y lo más grande
es que no se da cuenta
se cree superficial porque sólo anda sobre
el día y como la Maga le pesan las palabras difíciles los pensamientos
abstractos eso es los pensamientos abstractos
las nebulosas de la idea las fuerzas débiles de quienes no ayudan para
nada sus giros de baile y aunque no es una bailarina
se mueve principalmente sin querer hacer nada para
detenerse y entonces surgen algunas preguntas
ejemplares: cómo ¿duerme cuando duerme sola o acompañada?
Propongo tres respuestas
Duerme como un animalito y desnuda
duerme en un campo de nieve todo
(blanco y vacío
duerme acompañada de multitudes de
imágenes que después no recuerda
¿qué piensa de los teléfonos y de la Zona Rosa?
¿cuál es la antena que la guía en medio de los hechos cotidianos?
¿y el color de los ojos o de su pelo? Bueno, diría que nada
de eso le preocupa demasiado desde afuera quizá porque carece
de su trampolín elástico o de los espejos borrados ya que su Ego
está a flote siempre en las tormentas de lo Demasiado Seriesísimo
y jamás se pondrá luto por un amor, y la última pregunta la más
difícil de contestar:
¿envejecerá la Princesa del Palacio de Hierro?
Mi respuesta de argentino es que no verá pasar los años nunca
porque ya ha salido de la boutique corriendo antes de empezar
hacia la vida con mayúsculas palabras la Vida no es en verdad
ni su campo de aterrizaje ni su torre de control
y cuando sube al escenario lo hace en forma fortuita y cuando
va al ginecólogo sale muerta de risa y cuando la corre el
(fantasma de
la judía muerta en los campos de concentración sólo ve las nalgas
pequeñas de su amante en contraluz
ayer de tarde vino a verme y se puso otra vez a conversar de los sueldos
del Palacio de los parámetros de sus vestidos floreados y de los comics
que su hermano leía en el living escuchando discos al mismo tiempo
todo al mismo tiempo para atrás y para el instante en que
me decía (me contaba) sus salidas y la gran desventura empezaba
cada vez que abre la boca y habla de su pasado y de su futuro pero
no hace planes porque carece de planes y todos la perdemos y
todos la encontramos una y otra vez porque en un minuto es
capaz de echar por la borda todos “los perfumes de la soledad”

Las revistas el cine y los amigos le han enseñado todo
por eso no se pierde aunque nosotros nos distraigamos en su mente
y no le digas Monje que es “extraña como el futuro e inexplicable
como los sueños”, porque te inventará cualquier excusa y ah, te mentirá
(es decir la mentira como la entendemos nosotros los que no
trabajamos en el Palacio de Hierro y tampoco tenemos tíos tan raros
y todo el mundo del lado en que ella pone sus verdades de a peso
cada vez que tiene un accidente en la carretera y sus vueltas
nada melodramáticas por cierto es que
pero nos hace reír y soñar con un establishment derruido a fuerza
de sus engaños de mariposa tonta pero bella Bucea en todo y
sale indemne de sus acechos del pensamiento y se da vuelta
y se zambulle de cabeza en la piscina con sus cabellos mojados sale
y como quien no quiere la cosa nos pregunta simplemente
¿qué hora es? como si
en verdad le importara el tiempo que pasó debajo del agua o la duración
del long play o el instante en que el sol de México le secó una gota
brillante sobre su espalda y su bikini.


(En Alfredo Veiravé, Obra poética, Segundo tomo. Nuevo Hacer, Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, Argentina, 2002, pp 127-129)

1 comment:

dulcedehigo said...

Vaya, eso me hacer pensar que nunca pensé o no recuerdo haber leido cual era el color de su cabello. Bien me valdria hacerle una visita donde el palacio.Saludos